El destino tropieza

Belén detiene su maltratado carrito al ver al chico que en su emoción estalla en gritos y carreras por la plaza del rectorado de la universidad, mientras sus hermanos lo persiguen, para abrazarlo por enésima vez. Ella reconoce la medalla con cinta roja sobre su toga: —¡Otro abogado!—deduce y sonríe, contagiada por su dicha, añorando sus años de universitaria. Los tres hermanos atrapan al loquito … Continúa leyendo El destino tropieza