Mundo Interior

¿Te has puesto a pensar que tienes un mundo interior? ¿En cómo lo construiste?  ¿En qué tanto te agrada o te desagrada? ¿o en qué cosas poner, mover o quitar?

Estas preguntas me las hago también frecuentemente. He buscado en la opinión de los demás, ideas que puedan ayudarme. Me he topado con artículos y reseñas que hablan de cómo debe ser. Algunos dicen que el mundo interior enamora, otros hablan que mostrarlo es sacar nuestras emociones, sentimientos, ética, moral y valores. Otros mas formales, dicen que es aquello que nos hace emocionalmente ricos, como la confianza, resiliencia, empatía, orgullo, fe, lealtad, madurez, inteligencia, autenticidad, entusiasmo y pare de contar.

En mi opinión creo que eso es un mundo ideal, muy diferente al que realmente llevamos por dentro. Es una idea que muchos quieren vender, para que seas más como ellos y menos como tú, o más como nadie, porque ni ellos son así.

Para mí se trata de algo simple. El mundo interior es el lugar donde tu alma habita, en donde toma color o se oscurece, es como una casa en tu interior, que a veces es cálida y otras veces fría, un lugar donde te regocijas o un lugar que odias, un lugar donde te sientes a salvo o uno, donde te sientes en peligro; en fin, puede ser un cielo como puede ser un infierno.

No tiene que ser igual o similar al de los demás, ni tiene que enamorar para ser bueno. Solo basta que a ti te guste.  En él no se mide el tiempo con relojes ajenos, allí las cosas van a tu tiempo, con tu propio reloj; nada es temprano o tarde, a menos que tú lo determines así. 

La madurez, respeto, conocimiento, empatía, honradez, lealdad y el sin fin de características que existen, son como las reglas probadas de la ingeniería, la arquitectura y la estética, encapsuladas en algo que podemos llamar código de construcción. Algunas son de uso obligado y/o recomendado por la sociedad. Como tu mundo interior es el lugar que hagas de ti, usando o no códigos de construcción, al final eres el único responsable de que se te venga encima. En algunos casos podrás reconstruirlo, en otros terminarás aplastado.  Tu mundo terminará siendo lo que quieres que sea.

No es un mundo de todos, es un mundo particular para cada quien, con su propia soberanía y diplomacia. Es diferente al mundo de tu esposo, esposa, o pareja. Cada quien tiene el suyo, bonito, feo, lleno o vació, lo tienen.

Tú mundo y el de los demás interactúan y sus relaciones dependen de lo que tengas que ofrecer y de lo que necesites para sentirte bien.  Siempre habrá las malas decisiones que no traerán nada bueno, los malos entendidos y las malas intenciones con las que los mundos se declaran la guerra.  En fin, no deberías dejar que te quiten o invadan el tuyo, por más buenas intenciones que existan.  porque además necesitarás dónde atrincherarte cuando los demás saquen sus armas. Así que cuando escuches “eres mi mundo”, o algo parecido, huye, porque suena a completa invasión.

Necesitas también administrar y mantener tu mundo: tu cuerpo, tu mente y tu alma son parte de ello.  También se administra la diplomacia con los mundos de los demás; tus buenas o malas relaciones dependen de ello.  La forma en la que miras, la forma en la que hablas, la forma en la que escuchas, la forma en la que tocas y hasta la forma en la que hueles, es la forma de tus fronteras. Nadie querrá acercarse a tu mundo, si lo que muestras por allí no les gusta. Si la intención es que se acerquen, relájalas; si lo que quieres es que no, entonces endurécelas. La buena administración es importante, tu mundo tienes que controlarlo; eso es clave si quieres ir mas allá, si quieres estar a cargo de una institución, un gobierno, ser un profeta, o un artista a quien todos sigan; por lo menos hay que entender cómo funciona tu mundo interior. Eso te dará una idea, aunque no precisa, de cómo funciona el de los demás. Te permitirá no solo llegar a tu meta, también a mantenerte allí.

Ahora bien, puedes ser la persona con el mundo interior mas hermoso o la persona con el mundo interior mas horrible que exista, pero los amigos y parejas no dependen de ello; dependen más bien de que te conozcan.

Si eres de los que te sientas a esperar que vengan a conocerte, entonces prepara tus fronteras, observa que transmites a través de ellas, cuando las personas se paran al frente tuyo: pregúntate si sonríes, acusas o acosas con la mirada, pregúntate si tienes capacidad de escuchar o de oír, observa si tu nariz se respinga como una forma de ofender, con o sin intención, evalúa que tan sublime es tu tacto, si puede diferenciar texturas, si tomas o arrebata, si transmite cuidado o fuerza, cuando la situación lo amerita; y tu boca, ¡hay de tu boca!. Algunas veces no entenderás como tus palabras alejaron o acercaron a alguien, pero si toma conciencia de como las usas.

En los países democráticos tienes el derecho a decir lo que quieras, pero es recomendable procurar no ofender a nadie. Puedes editar lo que piensas, una grosería o una ofensa de tu boca lleva una idea, solo toma esa idea y transmítela de otra forma.  Solo en tu mundo interior se te perdona ser como eres, en el exterior es diferente, porque los demás también se reservan el derecho de admisión a su mundo. Recomendación: aprende a ser diplomático para acercarte a lo que quieres.

Si esperando no llega nadie, entonces te toca hacer lo que hacen muchos países para vender sus playas, como las mas hermosas del planeta, mercadéate, busca a las personas, camina y ponte frente a ellas, muestrales tus fronteras (el lugar donde tus sentidos ofrecen muestras de ti). Si tu oferta no los convence, no les gusta, o resultó una estafa, se irán; pero ayayay, si solo a alguien convences y le gusta lo que eres, le tendrás por siempre.

Con un mundo aliado, de una pareja o un amigo, podrás contar con lo que necesites, imagínate que sea el mejor de todos. Ahora bien, aprende mas de mercadeo, no te ofendas si alguien solo toma muestras y sigue su camino, todos lo hacemos, y a la final nos quedamos con lo que nos gusta. Bueno, también hay quien se cansa de esperar o buscar.

Ahora bien, no conquistes, no invadas ni colonices tus mundos aliados, no intentes cambiarlos.  No sabes que cimientos tienen, si quitas una pieza tarde o temprano ese mundo puede colapsar y dejarás de tener lo que te gustaba. Tú puedes influenciarlos, sin agresiones, seduce y enamora, con lo que tengas que ofrecer. Si no tienes nada, entonces aprende más bien de ellos.  Si, usas el chantaje emocional para que los demás hagan lo que tu deseas o cambien para ti, estás usando la fuerza.

Si a alguien tengo que recomendarte como expertos en la construcción de mundos, es a los niños; porque construyen los mejores y solo ponen en ellos lo que quieren. Son ingeniosos, auténticos y muy cambiantes. Tienen la capacidad de defender su soberanía, bloqueando sus fronteras con el exterior y recreándose en su interior, sobre todo aquellos niños que han sobrevivido a hogares terribles, con padres desastrosos, o aquellos que simplemente han perdido a los mejores padres del mundo y los han atesorado para salir adelante.  Muchos son sobrevivientes del mundo interior, en guerra, de los adultos. Imagínate que en su mundo interior haya un lugar para ti, donde te admiren y te respeten; eso es un gran privilegio y que tal que seas un gran maestro, el guerrero, príncipe o princesa de sus historias, porque ser un héroe allí, son palabras mayores.  Aprendan de los niños, pero no les interroguen de como lo hacen, ni les pidan que les expliquen, solo obsérvenles y dejen que les cuenten.

No dejes de construir nunca, eso sí, no construyas tu mundo interior para huir de él, porque es el lugar que necesitarás de refugio cuando las cosas no salgan bien y tengas que volver a ti, es el mejor sitio para recargar tus fuerzas y volver a levantarte.  Puede ser tu iglesia, tu cine, y también un muro para lamentarte.  Otras veces será la cabina donde saldrás convertido en superhéroe y en muchos, muchísimos casos, volverás a ser niño en él, sin tener que avergonzarte. Será un museo con tus tesoros, también la tele donde construyes tus propias novelas, será el lugar donde aún abraces a los amigos y parientes que ya no están contigo. Encontrarás sus sonrisas en cada espacio dentro de ti. Aleja la guerra de él. 

Finalmente, cuando quieras echar un vistazo al mundo interior de otros, sin siquiera comprometerte, solo abre un libro cualquiera y lee, conocerás el del escritor.

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